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¿Qué es lo que nos diferencia de otros seres vivos? Más allá de ser seres racionales, de haber evolucionado tantos siglos para llegar hacer lo que somos; si antes se decía que éramos seres sociales por naturaleza, cuyo lenguaje usamos para transmitir nuestras creencias, culturas, ideas o costumbres, hoy la comunicación parece más fácil llevada a una pantalla de apenas 4 pulgadas.

Los comunicadores, desde el siglo XX han sido tomados como propagandistas, pues si analizamos la Teoría Hipodérmica de Lasswell o el Cuadro de Comunicación y Actitud de Hovland, o revisamos el libro de La Tercera Ola de Alvin Toffler, definimos a la comunicación como una herramienta que, por medio de diversas plataformas (Radio, Imprentas, mítines y televisión), busca influir a ciertas masas en un cambio de comportamiento para un beneficio público o privado.

¿Qué ha cambiado desde entonces? El hecho de que la tecnología ha abierto más canales de comunicación podemos tener esa posibilidad de no solamente enviar nuestros mensaje, sino también en saber el resultado de su recepción, de identificar el cambio e incluso hasta gestionarlo con respuestas que permitan construir un relacionamiento.

Si hay algo que caracteriza muy bien a los comunicadores es que somos un poco de periodistas, publicistas, relacionistas públicos, de diseñadores o editores; en pocas palabras, podemos definirlo como “todistas” por vocación. No obstante, en una coyuntura como la que nos encontramos ahora y por las nuevas tendencias, es de vital importancia tener diversos skills para resolver problemas y proponer soluciones.

Y es que hoy nos encontramos con un público que pide un cambio a gritos, un público sensible y golpeado tanto en lo emocional como en lo económico. Esto genera que las marcas y las entidades públicas desarrollen anuncios mucho más humanos con carácter social. Cuando los usuarios sienten que las organizaciones no están de su lado, sus comentarios negativos son como balas de perdigones que afectan su imagen o reputación.

Sin embargo, estamos en un momento en nuestra historia que podemos convertirlo en una oportunidad para revalorizar aquello que hemos dejado de lado antes de la pandemia como la empatía, la confianza entre nosotros y especialmente el deseo de buscar un cambio en nuestra sociedad e influenciar positivamente a nuestra audiencia. Por ello, comunicadores, publicistas, diseñadores, audiovisuales o cualquier profesional que ahora es creador de contenido, ¿están listos para esta aventura?